En términos generales, la expresión ocultismo nazi se refiere al conjunto de prácticas y creencias religiosas sostenidas real o presuntamente por los nazis. Según algunos autores, Heinrich Himmler quería que el centro espiritual del Nuevo Orden nazi fuese el castillo de Wewelsburg,[2][3] donde se reunían jerarcas de las SS, y en cuya torre norte se conjugaban la cruz gamada y el sol negro. Las teorías sobre el origen de los arios y la naturaleza del Grial, así como la mitología nórdica y celta, influyeron enormemente en Himmler, que tuvo como mentor al ocultista Karl Maria Wiligut.
El líder de la ocultista y antisemita Sociedad Thule, Rudolf von Sebottendorf, afirmó que Adolf Hitler, Dietrich Eckart, Rudolf Hess, Heinrich Himmler y Alfred Rosenberg fueron miembros de dicha sociedad,[4] desaparecida hacia 1925.[5] No existen pruebas de que los nazis mencionados perteneciesen a esta sociedad secreta, aunque sí se sabe que el mentor de Hitler, Dietrich Eckart, dio dos conferencias para la misma.[4]
Paralelamente, Adolf Hitler y algunos de sus subalternos, como Ernst Roehm o Rudolf Hess, mostraron interés en la astrología.
Los nazis, basándose en obras como los Los protocolos de los sabios de Sion, consideraban que el judaísmo se servía de la masonería. En 1934 se prohibió a los masones pertenecer al Partido Nazi y que fuesen militares o empleados públicos en Alemania. Ese año se empezaron a cerrar logias alemanas y en 1935 ya se encontraban todas clausuradas.[6] El régimen nazi también cerró la Sociedad Antroposófica de Alemania.[7] Tras el vuelo de Hess a Gran Bretaña, que algunos creen que había realizado animado por predicciones astrológicas, Hitler encargó a Reinhard Heydrich la organización de una acción contra ocultistas del Reich, que tuvo lugar el 9 de junio de 1941 con centenares de detenciones.[8][9]